Fuera del amor propio todo es malvivir.
El amor propio es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor y los pensamientos positivos que tenemos hacia nosotros mismos. Podríamos decir que el amor propio es un reflejo de la relación que tienes contigo mismo/a: con tu físico, carácter, personalidad, actitud y comportamiento.
Al amor propio también lo podemos llamar autoestima. Las personas que tienen una autoestima alta son personas seguras de sí mismas que tienen la capacidad de vivir y disfrutar de su vida de una forma sana y equilibrada. De ahí al subtítulo de esta entrada: Fuera del amor propio todo es malvivir. Es decir, toda persona que no se tenga amor propio no está viviendo como es debido, está malviviendo.
No te tienes amor propio cuando te miras al espejo y no te gusta lo que ves, no recuerdas cuando fue la ultima vez que hiciste algo que realmente querías, te culpas por todo y le das mil vueltas a la cabeza, no sales de tu zona de confort, las críticas de los demás te destruyen, dices sí cuando querías decir no… Cada vez que haces alguna de estas cosas te estás descuidando.
En cambio, tienes amor propio cuando aceptas tu físico tal y como es, aceptas tus virtudes y tus defectos así como tu propia personalidad, tu trabajo es una fuente de satisfacción y no solamente de ingresos, tus relaciones son saludables, te gusta salir de tu zona de confort, no te sientes mal cuando dices no a lo que no quieres hacer… El trabajo personal en la consecución de cada uno de estos aspectos favorecerá la consolidación de un amor propio que beneficiará tu salud, y por tanto tu vida, a todos los niveles.
Cuando empieces a amarte a ti mismo/a, te liberarás de todo lo que no es bueno para tu salud: la comida, la gente, cosas, situaciones y todo lo que no te hace bien. En un primer momento puedes llegar a creer que eres egoísta, pero no es así. Se trata de amor propio.
Como ejemplo te puedo contar que una vez, en el trabajo, me menospreciaron haciéndome creer que yo no estaba cumpliendo mis tareas adecuadamente. Yo sabía que lo que me dijeron no era verdad, pues las estadísticas indicaban que todas mis tareas estaban bien realizadas y daban muy buenos resultados. Como consecuencia, exigí una disculpa por haberme hecho creer cosas erróneas sobre mí. Se negaron a ofrecerme la disculpa y yo me negué a seguir trabajando para ese grupo. Dije no cuando quise decir no. No me permití quedarme donde no me valoraban. Tal vez, haya sido la mayor muestra de amor propio que me he hecho en mi vida. Fue difícil tomar esa decisión, pero en el momento que di el paso supe que estaba en lo correcto ya que mis sensaciones fueron muy positivas.
Cuando empiezas a quererte y a hacer lo que te beneficia, saboreas de verdad lo que es la felicidad, pues sientes orgullo por lo que eres y por lo que eres capaz de hacer.
No tengas miedo de liberarte de lo que no te hace bien. Empieza a amarte, a ser feliz y a vivir como te mereces.
Y tú, ¿Cómo dirías que es tu amor propio? ¿Vives o malvives? ¿Cuál ha sido la mayor muestra de amor propio que te has hecho?
Me encantaría leer tus comentarios.
Un fuerte abrazo,
Greta.