¿Formas parte de esas personas que siempre tienen alguna queja? ¿Conoces a alguien que siempre está quejándose?
Pues este post es para ti.
Se supone que quien se queja es porque está insatisfecho, pero la queja también puede ser parte de una estrategia (consciente o inconsciente) de autocomplacencia.
Conozco personas que usan la queja para posicionarse como víctimas. Se quejan para dar una imagen de personas que sufren mucho y así conseguir que pasemos por alto sus errores. También están los que usan la queja como mecanismo de manipulación. Muestran su insatisfacción y mala suerte (o como quieran llamarlo) para llamar nuestra atención y así conseguir que dejemos de cuestionarlos, consiguiendo que se salgan con la suya. Seguro que se te ha pasado alguien por la cabeza… ¿a que sí?
Hoy en día vivimos en una sociedad en la que las quejas son nuestras compañeras, «qué frío hace hoy», «mi trabajo es un agobio», «no soporto a mi compañero», «no me llaman para ningún empelo», «estoy muy cansada» y un largo etcétera. Quejarse es un pésimo estilo de vida en el que muchos estamos sumergidos. Cuando nos quejamos no damos pie a ver lo positivo de las cosas y esto, si lo cogemos como costumbre, puede ser muy perjudicial tanto para nosotros como para la gente de nuestro alrededor.
Quejarse por hábito nos hace creer que merecemos más que los demás y esto nos posiciona en personas egocéntricas y sin empatía. Si no obtenemos lo que queremos, nos quejamos. No nos ponemos en el lugar del otro, pensamos que llueve, que nuestro trabajo es un agobio y que estamos muy cansados porque el mundo está en nuestra contra. Y esto, permíteme que te lo diga, es de ser muy desagradecidos. La queja no te va a llevar a nada bueno, no va a solucionar tus problemas.
Es muy fácil quejarse, todo el mundo sabe hacerlo. Lo que no todos saben hacer es enfrentar el problema por el cuál se están quejando. ¿Hace mucho frío hoy? Abrígate. ¿Te agobia tu trabajo? Organízate mejor o busca uno nuevo. Si tu problema tiene solución tienes que tomar acción y solucionar tu problema. Nadie lo va a hacer por ti. Puedes conseguir que te tengan compasión de tanto quejarte, pero también puedes conseguir que no te soporten más. (Ahí lo dejo).
Una persona que se queja constantemente es una persona tóxica que termina provocando estrés en las personas de su alrededor. Escuchar quejas no es para nada sano, ya que genera preocupación y emociones negativas. La persona que siempre recibe las quejas vive siempre en alerta, provocando que su bienestar y capacidad de concentración disminuyan. Mientras que la persona que sigue quejándose está alimentando su papel de víctima y, como consecuencia, alargándolo.
Todos tenemos derecho a quejarnos cuando algo nos desagrada, nos duele o nos da miedo. Es una expresión emocional que, por lo general, a las personas nos cuesta aceptar. Pero, sí es cierto que quejándonos nos desahogamos y nos ayuda a liberar emociones. Y es que la queja puede ser el primer paso para el cambio. ¡Analicemos esto!
Tienes derecho a quejarte, pero si lo haces estás obligado a actuar. Es decir, la queja es útil siempre y cuando nos sirva como propulsor hacia la acción, como recurso para liberar emociones y clarificar qué acciones vamos a tomar. Si algo no nos gusta, tenemos que tratar de cambiarlo, pero no tenemos que quejarnos y ya está. Si somos capaces de quejarnos hemos de ser capaces de salir de nuestra zona de confort y comenzar a tomar acción por aquello que deseamos que sea diferente.
Tanto si eres de las personas que se quejan siempre o convives con un quejica, hay una serie de pautas a seguir para dejar que la queja sea un hábito de vida. El primer paso es ser consciente de las quejas y dejar de usarlas sin ninguna finalidad. Hay que deshacerse de los pensamientos negativos y empezar a valorar todo lo que se tiene, teniendo en cuenta todo lo que provoca felicidad. Finalmente hay que dejar de juzgarlo todo y aceptar que hay cosas que no se pueden cambiar. No es tan difícil, ¿no crees?
Para romper con una costumbre hay que practicar cada día haciendo un esfuerzo consciente. Tú, yo y todo el mundo puede dejar de quejarse y empezar a tomar acción de sus problemas, así que hoy te animo a que seas el cambio que quieres ver en el mundo.
Y tú, ¿eres un quejica? Las personas que conoces que se quejan, ¿han dejado de hacerlo? Compárteles este artículo para que dejen de quejarse.
Un fuerte abrazo,
Greta.
Conforme te leía ha venido a mi cabeza la expresión «persona tóxica» que he visto has empleado luego. Personalmente huyo de las personas tóxicas y carentes de la más mínima empatía. Muchas de esas personas viven en un continuo lamento y no hacen nada para revertir la situación de la que se quejan. Coincido por completo con tu punto de vista. Saludos.
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Seguro que también te han venido a la cabeza varios nombres, ¿verdad? Por lo general, las personas que viven quejándose raramente cambian. Así que, como tú bien dices, lo mejor es huir. Muchas gracias por comentar. ¡Que tengas un buen día!
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Seguro que también te han venido a la cabeza varios nombres, ¿verdad?
Por lo general, las personas que viven quejándose raramente cambian. Así que, como tú bien dices, lo mejor es huir.
Muchas gracias por comentar. ¡Que tengas un buen día!
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