No hay persona en el mundo que contenga tu esencia. Y ese es tu poder.
De todos los seres humanos que hay en la tierra ninguno tiene tus particularidades, por tanto nadie puede aportar lo que tú aportas a este mundo.
– Pero Greta, yo trabajo en una oficina y hay millones de personas que podrían hacer mi trabajo.
Por supuesto que otra persona podría realizar tu trabajo, podría quedar con tus amigos o incluso podría salir con tu pareja, pero nunca lograría ofrecer lo que tú tienes para dar. Debes empezar a valorar todo lo que eres y lo que tienes por ofrecer. Tienes que empezar a auto-conocerte. Para hacerlo, céntrate en lo que piensas, en lo que sientes y en cómo actúas. Así podrás encontrar tus debilidades y tus fortalezas y usarlas en tu beneficio.
A veces tenemos la mirada tan fija en los demás que nos olvidamos de nosotros o incluso entramos en comparaciones destructivas. Tengo que decirte que sí, siempre habrá alguien más alto, más delgado, más creativo, más inteligente, más experimentado y más carismático que tú. Sin embargo, nadie es como eres tú. Solo tú puedes ofrecer tu esencia y ese es tu gran poder.
Voy a proponerte un juego. Imagínate con una bombilla en la cabeza. La luz de esa bombilla eres tú. Hay mil tipos de bombillas con diferentes colores, intensidades, brillos, tonalidades… Elige la que quieras, pero tú eres esa bombilla. Tú eres esa luz. ¿Vale? ¿Te ves? ¡Muy bien!
Es tu deber hacer que esa luz nunca se apague. A veces somos nosotros quienes nos saboteamos. Por ejemplo, si crees que no estas a la altura de algo y te rindes fácilmente. O cuando te pones excusas para no empezar algo nuevo, como por ejemplo decir que eres muy joven, que ya es tarde, que no tienes tiempo… Todo esto son ejemplos de autosabotaje y lo único que hacen es apagar esa luz que hay encima de ti.
Tienes que recordar que tu brillo es único e inigualable y no tienes que tener miedo de mostrarlo. Olvida las comparaciones y las expectativas. Y por supuesto, ni se te ocurra bajar el tono de tu brillo por ponerte al mismo nivel de alguien inferior. La potencia de tu bombilla es la que es y no la debes adaptar por ni para nadie. Tú vales por lo que eres y ese es tu poder. Esa es tu luz.
Tú eres magia, tú eres luz y tú tienes poder. Podrás ser reemplazable en muchos aspectos pero recuerda: Eres insustituible.
A partir de ahora, imagínate con una bombilla en la cabeza que brilla tanto que deslumbra. Y ves así por la vida, deslumbrando. Porque el poder eres tú.
Si este post no te ha motivado lo suficiente o sientes que algo te inquieta no te pierdas esta lectura.
Greta.
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