¿Sabes cuál es la diferencia entre tener un objetivo a no tenerlo? ¡Te lo digo yo! Conseguir algo o no conseguirlo.
Vivimos en una sociedad rutinaria. ¿Qué significa esto? Que estamos estructurados desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Suena el despertador a las 6.30, vamos a trabajar, volvemos de trabajar, hacemos las tareas domésticas, cenamos, estamos cansados y nos acostamos. ¿Te has parado a pensar si verdaderamente estas acciones que estás realizando son las mejores para aprovechar tu tiempo al máximo? La mayoría de personas van por la vida realizando acciones al azar.
Si eres una persona un tanto inquieta como yo, al poco tiempo de llevar esta rutina buscarás algo extra. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que necesitarás hacer algo más. Necesitarás encontrar un hobby, aprender un nuevo idioma, hacer un curso de algo interesante, hacer deporte, cuidarte más y mil cosas que se te pasen por la cabeza.
Quiero recordarte que nuestra vida tiene un tiempo limitado y, en mi opinión, deberíamos aprovecharlo al máximo. ¿Qué podrías estar haciendo de provecho en lugar de ver la televisión o pasar horas vacías en las redes sociales?
La respuesta solo la puedes encontrar tú. Pero, déjame ayudarte. Vamos a empezar por algo sencillo. Elige algo que veas factible, que te sea fácil y, sobre todo, que te motive. Algo que te gustaría tener ya o algo que dadas las circunstancias te convenga hacer.
Ahora vamos a ver un ejemplo:
Hace dos años tenía programado un viaje a Portugal y me marqué el objetivo de aprender algo de portugués antes del viaje. Faltaban dos meses para el viaje, así que tenía bastante tiempo, pero no el suficiente como para apuntarme a un curso presencial. Decidí que lo más fácil sería ir practicando el idioma con algunas aplicaciones que me instalé en el móvil. Además, le añadí un ingrediente secreto que añado a todos mis objetivos. La curiosidad. Me propuse que cada palabra o frase en español que en algún momento dado me me llamara la atención, la debía traducir y aprender en portugués. Debía sacar la curiosidad de dentro de mí y preguntarme: ¿Cómo sería esta frase en portugués?
¿Adivinas cuál fue el resultado? Pues que tu amiga Greta cuando llegó a Portugal sabía comunicarse perfectamente. ¿Sabes eso la emoción que provoca? Orgullo y satisfacción. Estaba muy orgullosa de mi misma y tenía la gran satisfacción de haber cumplido con mi objetivo.
¿Cuál fue el siguiente paso? ¡Marcarme otro objetivo! De lo contrario, volvería a caer en la rutina y no estaría sacando provecho al tiempo de mi vida.
Si aún no tienes ningún objetivo, vengo a decirte que tienes que marcarte un objetivo. Piensa en algo que te guste, que te haga ilusión y que te emocione. Determina qué debes hacer y cuándo debes hacerlo. Marca un plazo de tiempo estableciendo una fecha límite. Y, por último, ¡Actúa!
En el capítulo 3 del libro Tienes que partir, Núria nos cuenta lo siguiente:
«Me he dado cuenta de cómo funciona mi cabeza. Me ha costado darme cuenta, pero al final lo he conseguido. Vivo a base de objetivos. Siempre me pongo objetivos, sean grandes o pequeños. Y siempre los consigo. Puedo tardar más o menos, pero todos mis objetivos los he cumplido. Lo que sucede es que cuando cumplo un objetivo siento un gran vacío. Primero siento una euforia inmensa, pero ésta dura muy poquito. Una vez pasada la euforia siento un gran vacío seguido de unas preguntas; ¿y ahora qué? ¿Esto es lo que querías? Y, ahí es donde empieza la confusión.»
Pues ahí, en ese momento de confusión, es cuando hay que marcarse un nuevo objetivo.
– Las grandes mentes tienen objetivos, las demás deseos –
Greta.
2 comentarios sobre “Tengo un objetivo”